Las ciudades no son un hábitat frecuente para animales, excepto ratas, cucarachas y palomas. En realidad, son el hogar de miles de especies, como monos, vacas, abejas, aves, jabalíes salvajes, zorros e incluso pingüinos en ciertas partes del planeta. Lo investigamos más a fondo en nuestro especial interactivo.
Más de la mitad de la población mundial ya vive en pueblos y ciudades. Para el año 2050, se espera que esta cifra llegue al 66 por ciento. La creciente organización significa carreteras colapsadas, imposición de rascacielos, masas de gente frenética, bloques de apartamentos, ensordecedoras bocinas y atascos diarios. La expansión de las ciudades acaba con espacios naturales abiertos, reduciendo cada vez más el hábitat natural de una gran variedad de especies animales y vegetales.
No obstante, esto no quiere decir que las ciudades estén demasiado llenas de gente como para albergar al resto del reino animal. De hecho, todo lo contrario. Las ciudades de todo el mundo son el hogar de una increíble diversidad de especies de aves y animales: jabalíes salvajes, tejones, zorros, murciélagos, vacas, monos, papagayos e incluso pingüinos. Las ciudades se están convirtiendo en auténticas selvas urbanas.
Y no es difícil ver el porqué. Las ciudades ofrecen todo un collage de “micro-hábitats” para una gran variedad de especies de aves y animales. Los edificios sustituyen los precipicios naturales, las alcantarillas y tuberías sustituyen los riachuelos, los contenedores de basura son una atractiva fuente de alimento, y los parques y jardines sustituyen las praderas y bosques. Los animales que se han adaptado al entorno urbano toleran las luces y ruidos generados por la actividad humana, y aprovechan las abundantes fuentes de calor y alimento.
Además, un número creciente de personas están redescubriendo su amor por la naturaleza y tratan de recrear hábitats perdidos dentro de las ciudades. Esto explica la creciente popularidad de los jardines en los tejados, iniciativas de “urban gardening” o jardinería urbana, así como pequeños hábitats de vida salvaje en patios privados. Las plantas y arbustos que producen sabrosos productos como polen, néctar, bayas, semillas, fruta y follaje atraen a aves migratorias, mariposas, ardillas y otras criaturas.
En resumen, las ciudades y pueblos no son espacios urbanos donde los animales simplemente sobreviven, sino que se han convertido en su nuevo hogar. No se pierda nuestro especial interactivo para descubrir más sobre la vida salvaje en la ciudad. DW.COM | 21.10.2014