La CONANP trabaja en la expedición de protocolos estandarizados para la atención de crías abandonadas, la rehabilitación de individuos varados y necropsias de manatíes.
El manatí (Trichechus manatus), origen de muchos mitos y leyendas relacionados con las sirenas, desde hace 15 años celebran su día para recordar la labor de autoridades, grupos académicos y conservacionistas en el rescate de 19 ejemplares atrapados debido al descenso del agua causado por un intenso calor en la laguna de San Juan, Chiapas.
Desde entonces se realizan actividades en el país para promover la conservación de esta especie catalogada “en peligro de extinción” por la Norma Oficial Mexicana Nom-059-Semarnat-2010, “en peligro” en la lista roja de la UICN y enlistado en el Apéndice I de la CITES.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), en colaboración con el grupo de trabajo para la conservación del manatí, elaboró en 2010 el Programa de Acción para la Conservación de la Especie: manatí.
De 2011 al 2015, la CONANP ha destinado 1.9 millones de pesos en acciones para su conservación, entre las que se encuentra la expedición de protocolos estandarizados para la atención de crías abandonadas, la rehabilitación de individuos varados y necropsias de manatíes.
También se ha promovido la integración de grupos de atención a manatíes en situación de emergencia brindándoles capacitación y equipamiento para la correcta aplicación de los protocolos y se ha elaborado material de difusión.
Este año, en la localidad de Atasta, municipio de Carmen, Campeche se realizará un festival escolar donde se otorgarán 27 premios a niños de educación primaria que participaron con un dibujo o un cuento sobre el manatí. Asimismo, se exhibirán manualidades alusivas a la especie, elaboradas a partir de material de reúso o reciclado.
Los manatíes son animales robustos, con cuerpo redondo, de forma hidrodinámica y piel gruesa color grisáceo. Tiene un par de aletas pectorales y una aleta caudal en forma redonda y aplanada. No presentan dimorfismo sexual visible; machos y hembras se diferencian únicamente por la ubicación de sus órganos reproductivos. Son herbívoros; comen plantas acuáticas sumergidas, emergentes y flotantes.
Los adultos llegan a medir hasta tres metros, recién nacidos y menores de 1 año entre 90 y 100 cm. Alcanzan la madurez sexual entre los tres y los seis años de edad. Tienen una gestación de 12 a 15 meses, la madre da a luz un solo un crío que es totalmente dependiente de esta. La frecuencia de alumbramiento es de dos a cinco años entre crías.
Históricamente su distribución abarcaba todos los estados del Golfo de México, desde Tamaulipas hasta la costa de Quintana Roo. Actualmente en México se distribuyen principalmente en tres regiones en el sureste del país: en los ríos y estuarios de Veracruz; en la cuenca de los ríos Grijalva y Usumacinta, y en la región que comprende la costa caribeña y el río hondo en Quintana Roo.
Entre las principales amenazas para la especie, se encuentran: la captura incidental y colisión con embarcaciones, enfermedades infecciosas y parasitarias, varamientos por desecación de lagunas, pérdida, degradación y fragmentación del hábitat y caza para aprovechamiento de la carne.
En México se ha decretado la siguiente normatividad para protección del manatí:
· 1921 – Decreto de veda permanente contra la caza y explotación del manatí en México
· 1995- Decreto de la Laguna de Catazajá como Reserva Municipal “Santuario Del Manatí”.
· 1996 – Decreto Estatal de La Bahía de Chetumal como Reserva Estatal “Santuario Del Manatí”.
· 2006 – Decreto como Área Natural Protegida Estatal del Sistema Lagunar Catazajá, Chiapas.