Washington, 26 abr (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó este miércoles un decreto en el que ordena revisar la designación de decenas de áreas protegidas conocidas como "monumentos nacionales" en los últimos 20 años, aunque no está claro si tiene el poder de retirar la protección a esas zonas naturales.
Los "monumentos nacionales" son áreas terrestres o marinas protegidas, que, a diferencia de los parques nacionales, pueden crearse sin el visto bueno del Congreso, con la simple orden del presidente de EE.UU., de acuerdo con una ley de 1906.
La revisión ordenada por Trump cubrirá "entre 24 y 40 monumentos" que fueron designados a partir de enero de 1996 y que ocupan un mínimo de "100.000 acres" (40.500 hectáreas), según adelantó hoy a periodistas el secretario de Interior de EE.UU., Ryan Zinke.
Trump visitó este miércoles el Departamento del Interior para firmar la orden ejecutiva, que instruye a dicha agencia a "hacer recomendaciones al presidente sobre si" a esas áreas protegidas debe "revocárseles" la designación, o si deben ser "redimensionadas, o modificadas para gestionarlas mejor", explicó Zinke.
La revisión responde a las críticas sobre ciertos monumentos nacionales de algunas asociaciones locales y miembros del Congreso, que se han quejado de que esas áreas "han llevado a la pérdida de trabajos, la reducción de salarios y una reducción del acceso público" a esos terrenos en sus estados.
"Tratándose de áreas tan grandes, creemos que el público debería tener algo que decir" en la decisión de designar los monumentos, indicó Zinke.
No obstante, algunos expertos consideran que la ley de 1906 que permite a los presidentes designar monumentos nacionales no concede a los jefes del Ejecutivo el poder de retirarles esa protección o reducir significativamente su tamaño.
"No está claro todavía si el presidente puede hacer eso (retirar la designación)", reconoció Zinke, pero pidió esperar a que se complete la revisión para abordar esa posibilidad.
La orden le da a Zinke 45 días para hacer un primer informe y un total de 120 para presentar a Trump un reporte definitivo con recomendaciones sobre qué hacer con los monumentos nacionales designados en las últimas dos décadas, muchos de ellos durante la presidencia de Barack Obama (2009-2017).
La revisión incluirá los monumentos de más de 100.000 acres designados a partir de la creación del Monumento Nacional Grand Staircase-Escalante (Utah) en 1996, y el de "Bears Ears", creado por Obama en diciembre pasado en el mismo estado del oeste del país.
Ese último monumento, que protegió 5.463 kilómetros cuadrados de recursos naturales y arqueológicos, fue muy criticado por varios legisladoras que representan a Utah en el Congreso, quienes opinan que, en todo caso, dicho territorio debió haberse protegido mediante legislación.
Obama fue el presidente que más territorio ha protegido en la historia de Estados Unidos, un récord impulsado por su creación en septiembre de 2016 de la mayor área marina protegida del mundo, con un millón y medio de kilómetros cuadrados y llamada Monumento Nacional Papahanaumokuakea, en el Pacífico.
Trump, por su parte, se mostró partidario durante la campaña de promover un aumento de las prospecciones petroleras marítimas y terrestres en áreas controladas por el Estado.
Con esta revisión, el mandatario quiere hacer un guiño a zonas conservadoras del oeste del país que han expresado reservas sobre los efectos de la creación de un monumento nacional, que en muchos casos prohíbe el uso de esos terrenos para fines tradicionales como la caza, la agricultura, la pesca o la explotación petrolera o minera.