Los cazadores de rinocerontes de Sudáfrica tienen un obstáculo nuevo contra el que luchar: la primera unidad femenina contra la caza furtiva del continente.
Felicia Mogakane es miembro de las Mambas Negras, la primera unidad femenina contra la caza furtiva en África. Patrullan desarmadas por las 50.000 hectáreas de la reserva natural de Balule, situada en el en Sudáfrica. El proyecto se creó hace tres años y medio todos los miembros del equipo son mujeres jóvenes de la zona. Las Mambas Negras es una idea original de Craig Spencer, director de la reserva, para hacer frente a la desigualdad entre los parques relativamente bien equipados y las comunidades, en su mayoría muy pobres, que viven a lo largo de sus fronteras.
Era tal la caza furtiva en Sudáfrica que se estimaba que un rinoceronte era asesinado en el país cada siete horas. Desde el establecimiento de las Mambas Negras, el número de rinocerontes cazados ha disminuido en la reserva, mientras que en otros lugares se siguen matando animales por su codiciado cuerno.
Así describe Felicia Mogakane su trabajo: "Patrullar la valla es una parte importante de nuestro trabajo. Tenemos que comprobar que la electricidad de la cerca esté al 100% y que no tenga agujeros. Si vemos agujeros tenemos que rellenarlos con piedras, y si vemos que ha sido cortada en algún lugar, tenemos que ver cómo arreglarla.
Una vez en la selva buscamos las trampas y alambres que usan los cazadores para capturar no solo antílopes impala, sino también rinocerontes. Así que cuando patrullamos tememos encontrarnos con los furtivos en busca de rinocerontes y otros animales – los cinco grandes de África. Por el contrario, no tenemos miedo de los propios animales ya que estamos entrenadas para lidiar con ellos y hacerles frente.
Nuestros voluntarios monitorizan los rinocerontes a diario. Tenemos que asegurarnos de que sigan vivos. Para ello, los animales están equipados con collares rastreadores. Asimismo, si nos encontramos con los cazadores, podemos pedir ayuda armada. Solemos estar muy alerta cada vez que escuchamos ruidos sospechosos tales como disparos. Hasta la fecha, en esta reserva no nos hemos encontrado directamente con ellos, pero sí en algunas de las otras reservas que patrullamos.
El número de rinocerontes cazados ha disminuido en la reserva, dice Siphiwe Sithole.
Ahora somos 36 miembros. Yo vivo cerca del Parque Nacional Kruger. Mi pueblo está cerca. Cuando era pequeña mis padres trabajaban allí – mi padre era guarda. A veces nos gustaba ir al parque y observar a los animales. A través de eso he desarrollado un amor por la conservación de la naturaleza. Luego fui a la escuela rural donde enseñan acerca de la conservación y por qué es importante que no se maten animales. Más tarde solicité el ingreso en las Mambas Negras y me dieron el trabajo.
Durante los primeros 13 meses de proyecto no hubo caza furtiva de rinocerontes en nuestra reserva. Desde entonces ha habido 12 víctimas. El número de casos se ha reducido un 76%, por lo que creo que nuestro trabajo ha sido de gran ayuda. Cuando empezamos a trabajar había trampas por toda la reserva, sobre todo, para cazar antílopes impala y vender su carne a las comunidades.
Desde que se creó la iniciativa, no ha habido sucesos de caza furtiva de rinocerontes en nuestra reserva. No es el caso, sin embargo, en otras áreas protegidas. El número de trampas se ha reducido un 76%, por lo que creo que el proyecto ha sido de gran ayuda.
Cuando vine por primera vez aquí, había trampas por toda la reserva, sobre todo, para cazar antílopes impala y vender su carne a las comunidades. Pero desde que empezamos, ha habido mucha menos actividad sospechosa porque saben que estamos ahí, observando. Nos ven todos los días".