En los últimos días las fotografías de una playa en Inglaterra que muestran unos curiosos patrones en su costa, la causa del revuelo ha sido los peculiares patrones que dejan sus olas en la playa. Una curiosa simetría que ha sido objeto de debate en numerosas web intentando aclarar la razón por la que se produce.
Esta vez no es un truco publicitario y lo que nos ocupa ahora es un fenómeno natural, conocido como “cúspides de playa” que se da en todas las playas del mundo.
Sin embargo la razón por la que en esta playa de Dorset aparece más marcada se debe a que en esta zona confluyen varios elementos que resaltan aún más esas cúspides.
En primer lugar tenemos que tener en cuenta la erosión que las mareas provocan en cualquier costa del planeta. El constante ir y venir del agua salada crea cauces por los que se desarrollan las olas ofreciendo patrones, que además se ven incrementados en playas con sedimentos más gruesos.
También dependerá de si la playa es natural o artificial. La erosión, y por tanto los patrones, serán más marcados en costas naturales de guijarros y piedras, mientras que en playas de arenas finas serán más atenuados.
Además de la erosión, en Dorset nos encontramos con un concepto que le sonará a todos los aficionados de la física cuántica y que se descubrió a principios del siglo XIX gracias a uno de los experimentos más famosos de la Historia: El experimento de Young o experimento de la doble rendija. Hablamos de patrones de interferencia presentes en la propia naturaleza de los movimientos ondulatorios.
En un principio el experimento sirvió para demostrar la naturaleza ondulatoria de la luz y se realizó por primera vez en Royal Society en 1801. Thomas Young hizo pasar un haz de luz a través de dos rendijas paralelas consiguiendo un patrón de bandas que confirmaba que la luz se propaga como una onda.
Las olas que llegan a la playa de Dorset se comportan de la misma manera que las ondas de Young y más aún si tenemos en cuenta una imagen ampliada de la playa en la que se puede observar que, paralelo a la costa, se encuentra un gran espigón de piedra que en este caso se comporta como una de las rendijas de Young.