(EUROPA PRESS) - Evitar que se alcancen niveles peligrosos de cambio climático requiere un replanteamiento radical del sistema de transporte marítimo, según concluye un nuevo informe dado a conocer por científicos del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático con base en la Universidad de Manchester, en Reino Unido.
Las conclusiones del informe ponen de manifiesto que aún queda mucho por hacer incluso sólo para frenar el ritmo de crecimiento de las emisiones, mediante la navegación lenta, en la que los barcos funcionan a velocidades más bajas durante su viaje con el fin de de reducir el consumo de combustible, una parte esencial en el esfuerzo para disminuir el CO2.
También destacan la importancia de ir más lejos para ver cómo rebajar el azufre que contienen los combustibles. La propulsión asistida por el viento, en conjunto con otras tecnologías, es una opción que ofrece margen para abordar tanto la cuestión del CO2 como la del azufre, pero cuenta con poco apoyo en el debate actual.
"Lo más sorprendente al hacer esta investigación, sobre todo en comparación con los estudios anteriores sobre la descarbonización de otros sectores como la aviación, es la gran cantidad de oportunidades disponibles para reducir el CO2 procedente del transporte marítimo", señala la directora de este estudio, Alice Bows-Larkin.
"El problema con el recorte del CO2 en el sector del transporte marítimo es que el sistema es tan complejo que influir en el cambio se convierte en el mayor desafío, incluso si hubiera voluntad política", añade esta experta de la Escuela de Ingeniería Mecánica, Aeroespacial e Ingeniería Civil de la Universidad de Manchester.
En contra de la opinión predominante, la investigación demuestra que tanto el aprovechamiento de las oportunidades disponibles en el corto plazo, como la navegación lenta y la modernización, así como en el largo plazo, el sector del transporte marítimo tiene el potencial de ser un sector líder en el desafío de la descarbonización.