viernes, 23 de noviembre de 2018

El axolote mexicano, maravilla genética lucha por sobrevivir

CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) - La salamandra axolote de México puede curarse casi mágicamente e incluso puede hacer crecer su corazón y su cerebro. Pero hay una hazaña que no puede lograr: sobrevivir a amenazas extremas en el último lugar silvestre donde habita.

Afectado por agua contaminada, peces depredadores y la invasión constante de una de las ciudades más grandes del mundo, el pequeño anfibio mitológico de unos 15 centímetros de largo cuyo nombre viene del náhuatl "axolotl", casi ha desaparecido de su hogar en los canales lodosos del sur de Ciudad de México.

Según un censo científico, después de haber sido un manjar en las mesas de los reyes aztecas, en 1998 había cerca de 6.000 axolotes por kilómetro cuadrado en su hogar principal, las vías fluviales del distrito de Xochimilco.

Para 2004, la población había disminuido a 1.000 por kilómetro cuadrado y a menos de 35 por kilómetro cuadrado una década más tarde. Para 2020, podría no haber ninguno, de acuerdo con un modelo.

Sin desanimarse, biólogos mexicanos han lanzado una misión de rescate.

"Sin el axolotl, México perdería parte de su cultura y por lo tanto parte de su identidad", dijo Luis Zambrano, biólogo urbano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien lidera el equipo detrás del plan.

Zambrano dice que agricultores de Xochimilco conocidos como chinamperos, que cultivan una amplia gama de productos a lo largo de unos 180 kilómetros de canales, son clave en el esfuerzo por construir nuevos santuarios para el axolote al tiempo que promueven el tradicional cultivo en chinampas.

Las chinampas son jardines flotantes que antes se utilizaron para producir hasta siete cosechas al año de alimentos básicos como el maíz y los chiles. Durante más de 1.000 años florecieron en el lago que una vez llenó el Valle de México, donde surgirían la capital imperial azteca y más tarde la Ciudad de México.

Hoy en día, alrededor del 80 por ciento de las chinampas están abandonadas por agricultores que buscan mejores ingresos en otros sitios.

Zambrano pretende inscribir durante la próxima década a cerca de la mitad de los chinamperos de Xochimilco en un esquema de certificación orgánica compatible con el axolote que les permita cobrar precios más altos por sus cultivos. La certificación dirigida por la UNAM sería lanzada en 2019.

Con un presupuesto modesto, su equipo está creando 20 nuevos santuarios con agua limpia usando filtros que también evitan que los peces no nativos tilapia y carpa acechen los canales.

ESTRELLA DE ROCK GENÉTICA

La investigación moderna sobre el axolote comenzó en 1864, después de que se enviaran 34 a París desde México. Miles más se criaron mientras científicos de toda Europa se maravillaban de su extraña apariencia y su capacidad para respirar con pulmones y branquias.

Los investigadores descubrieron más tarde que los axolotes también pueden absorber oxígeno a través de la piel, lo que los hace particularmente vulnerables al agua sucia, y regeneran las extremidades amputadas y el tejido corporal dañado, creando un fuerte interés en sus genes.

A principios de este año, un equipo de científicos en Alemania dijo que había mapeado el genoma completo del axolote, revelando que es 10 veces más largo que el genoma humano, lo que da a los investigadores más posibilidades de identificar los mecanismos de regeneración. 

Foto de archivo. Un axolote o salamandra mexicana en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la Ciudad de México, México. 25 de mayo de 2018. REUTERS/Carlos Jasso