Madrid, 14 de febrero, 2017 (EFE). En la cueva de Covalejos (Cantabria, norte de España) neandertales (Homo neanderthalensis) y sapiens (H. sapiens) cazaban de manera similar hace entre 45.000 y 25.000 años: perseguían las mismas especies, las explotaban igual y aprovechaban los mejores ejemplares.
Esta es una de las conclusiones de un estudio que publica la revista Archaeological and Anthropological Sciences, que demuestra que esta cueva fue un lugar elegido por ambas especies para tratar las piezas cazadas y comer de forma recurrente.
El artículo de la revista lo firman, entre otros, científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Cantabria.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron más de 30,000 restos de animales enterrados en la citada cueva; los más numerosos y en mejor estado de conservación (con gran parte del esqueleto completo) eran el ciervo, seguido del corzo, el bisonte, el caballo y la cabra, informó la UCM en una nota de prensa.
También se hallaron restos de renos y de rinocerontes lanudos, aunque de forma escasa. La mayor parte de los ejemplares eran adultos y de muchos solo se han conservado los dientes.
Los restos se repartían en diferentes niveles arqueológicos junto a distintas herramientas utilizadas para cazar y procesar la carne y la piel.
Según se trabajaran de una manera u otra, estos utensilios pertenecen a culturas diferentes, asociadas a neandertales o a humanos anatómicamente modernos.
De esta forma, en la cueva se han hallado herramientas de la cultura Musteriense, relacionada con los neandertales, y con la cultura Auriñaciense, la de los sapiens, según las mismas fuentes.
Según el estudio, ambas especies llevaban las presas cazadas al interior de la cueva para su uso posterior. Lo que los científicos no han podido averiguar es si ambas especies coexistieron a la vez en ese lugar.
José Yravedra Sainz, investigador del departamento de Prehistoria de la UCM, explicó que ambas perseguían las mismas especies y las explotaban igual, seleccionando a los ejemplares de las mismas edades y aprovechando los mejores, adultos jóvenes normalmente, de los que explotaban su piel, carne y tuétano.
Yravedra Sainz detalló que "aunque la fabricación de industria lítica era algo ligeramente diferente, esto no daba ventajas adaptativas a unos frente a otros" e insistió en que en el Paleolítico medio y superior de Iberia se observa que ambas especies cazaban lo mismo, hacían fuegos y explotaban el territorio de forma similar.