Londres, 17 de octubre, 2016 (EFE). Científicos en el Reino Unido han identificado nuevos modelos de predicción del tiempo capaces de pronosticar cambios con hasta un año de antelación, según revela un estudio publicado hoy por la revista Nature.
La investigación, desarrollada por expertos del Centro de Meteorología Oce Hadley de Exeter (suroeste de Inglaterra), ofrece "nuevas posibilidades" a los diferentes servicios climatológicos a los que recurren una amplia gama de sectores, destacan los autores.
Por ejemplo, exponen, podrían ser de especial utilidad para empresas de "transporte, energéticas, de gestión del agua o para compañías aseguradoras".
El estudio recuerda que la Oscilación del Atlántico Norte invernal (NAO, siglas en inglés) es el principal "modo de variabilidad atmosférica" en la región del Atlántico Norte y que, en consecuencia, tiene una "gran influencia" sobre el clima en Europa y Norteamérica en esa estación del año.
Este fenómeno meteorológico, basado en la diferencia de presión entre el anticiclón de las Azores y la depresión de Islandia, determina el clima de todo el continente europeo, ya que cuando ambos son muy potentes los inviernos son suaves y húmedos en Europa, mientras que cuando son débiles, tienden a ser secos y fríos.
Hasta hace poco, se creía que la variabilidad estacional de la NAO estaba provocada, en gran medida, "por procesos caóticos e inherentemente impredecibles", explican los expertos.
"No obstante —apuntan—, la última generación de sistemas de predicción estacional han demostrado tener una gran capacidad para pronosticar con precisión la Oscilación del Atlántico Norte un mes antes de la llegada del invierno".
Al hilo de estos avances, el "Met Office Oce Hadley Centre" ha logrado "extender las predicciones precisas" de esos modelos dinámicos a "más de un año de antelación".
En este sentido, los expertos lograron identificar "dos fuentes de estudio" que mejoraron notablemente la precisión de los pronósticos de la NAO para "los segundos inviernos", es decir, a un año vista.
Una de ellas proviene del análisis de la "variabilidad climática" que se registra en la región del "Pacífico tropical".
La segunda se refiere a los "efectos predecibles" que la energía solar provoca sobre la "fuerza del vórtice polar estratosférico".
Asimismo, los investigadores identificaron "desviaciones en los modelos" aplicados sobre el hielo marino del Ártico que, en caso de "reducirse", podrían servir para mejorar la precisión de los pronósticos basados en la NAO.